miércoles, 16 de mayo de 2012

si la luna saliera de día...

Solo el día que de estas heridas nos maten las hienas, y el viento escriba en partitura al nivel de la cintura, verteremos las ganas ganas en el contenedor. A menudo quien no da el palo no es proclamado vencedor.
Resulta cómico acogerse al decálogo demencial que supone la existencia sin reparar en la brillante parodia que no paramos de bordar del veneno de ratas que entre quehaceres tomamos cada día.

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